ANALEPSIS Y PRETENDERS EN EL TEMPLE STREET BAR. Concierto de LOS FOO (Tributo a Foo Fighters). 26 de septiembre, Alcalá de Henares

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Que sepáis (y los que ayer me rodearon y ergo lo sufrieron, pueden dar fe de ello) que escuchar a Foo Fighters en la forma que sea me produce una analepsis aguda. Un riffi o un raffe, un bombo machacón o un desgallite del Grohl proveniente de cualquiera de sus discos me sumerge en un estado catatónico que me transporta directamente al orgasmo múltiple que tuve ya a bien describir en mi rubicrónica relativa al concierto del siglo que pude disfrutar en Madrid hace ya la friolera de más de dos años y que podéis rememorar vosotros mismos pinchando AQUI siveisquetal.

Y efectivamenteysí ayer viví un flashback de los güenos al oír al cuarto de mis dioses (Davides todos ellos), el Puigdueta, interpretar al tercero del ellos, el Grohl, en un emotivo tributo a Foo Fighters en el Temple Street Bar de Alcatraz de Henares, una sala bien picueta y dicharachera siempre llena de mangurrianas y mangurrianes dispuestos a gambitear y darle al alpiste finamente (o darse el lotazo que, haberlos, hailos). Eso sí, todo hay que decirlo, la banda, tan  imaginativamente llamada LOS FOO, a diferencia del otrora múltiple, me produjeron un orgasmito de esos de ¿yatá? aunque solo fuera porque las tres horas con las que nos deleitaron los tributados en su día, se redujeron a unaydagracias de los tributandos en el día de ayer y me supo a muuuuuuuuuuuuuuuuy poquito. Especialmente yo eché de menos This is a call y otros a Aurora.

Y en este momento quiero pedir perdón públicamente a todos los que sufrieron el concierto a mi alrededor (féminas en gran medida, es lo que tienen LOS FOO) porque mi catarsis derivó en saltos, codazos, pisotones, cánticos a grito pelao en la oreja ajena y derramamiento masivo de la cerveza que descerebradamente llevaba en una mano, amén del tostón que di con la dichosa pandereta que Laranis Morrocotuda Nandez tuvo a mal dejarme antes de interpretar su You oughta know. Que me sulibeya la voz de esta muchacha os lo he dicho ya ¿no?. Pero que se prodiga poco también ¿no?.

Y ya sabéis que yo no soy nada de polemizar (pero sí muy de polinizar) pero tengo varios temitas candentes que lanzar a la jauría musical al hilo de esta una vez más chisposa rubicrónica:
  1. ¿Tributos si, tributos no? En dependiendo, yo soy muy partidaria. ¿Por qué? Pues en primer lugar porque, para variar, me sale del funki. Pero también porque se trata de la única forma que tienen algunos chavales de sacarse unos leuricos y poderse autoeditar sus temas propios. Asimismo aprenden y mejoran y si no que se lo digan al que se dejó literalmente la voz intentando abrir grieta en su torturada diea-cornell-garganta y a aquél otro que destrozó convenientemente un Dave Myheroe Grohl a nada que le acercaron un poco el micrófono. Porque Jose, de Mammoth's, otra cosa no sé pero nos animó a dar más brincos si cabe ¿que no?
  2. Los bateristas: ¿son esos nunca bien ponderados protagonistas en la sombra que deberían salir más en las fotos? NO. Dejadme en paz, dejadme vivir, no mandáis en mí y además vengan a mi todos los bateristas del mundo con sus bíceps, sus culos prietos y sus torsos cincelados y quedaos tod@s ustedes vosotr@s con vuestros Cantoresdehispalix y vuestros Guitarritas NosinmipedaleraXXL. Mi premio Olétuscojonestreintaytres de hoy va esta vez para Nacho López que le pegó a cascoporro como si no hubiera un tomorrow. Yestoesasí. Por cierto, he ido robando todas las fotos por ahí porque, para variar, mi pulso cervecero deja mucho que desear a la hora de hacer fotos.
  3. ¿Es lo que se conoce hoy como "INDIE" una segunda y paralela mainstream, accesible solo cuando hay pasta y/o una gran marca que financia y/o un buen contacto en los medios?. ¿Deberían participar determinadas bandas en el recién lanzado concurso Girando por Salas destinado a la promoción de bandas EMERGENTES? (By the way ¿habéis votado ya a DIEAWAY  que nos obsequiaron anoche con unos temitas de Pearl Jam y Led Zeppelin a pachas con otros musilocos?, ¿no? pues lo podéis hacer AQUI cojonashombreya)
Si queréis me contestáis y si no, disfrutad de esta analepsis sobre los tiempos en los que veíamos Barrio Sésamo (coñé, ya me he vuelto a delatar con eso de la edad) y en los que un baterista hipertalentoso saltaba por primera vez al primer plano (aunque Animal -que por cierto, se parece un poco a Josete cuando se emociona con su bajo-) termine por tirarle el bombo a la cabeza. Ups, lo siento, vaya spolier me he marcado).


THESE BOOTS ARE MADE FOR WALKING PERO LAS CHANCLAS SON PARA EL VERANO. Concierto de Dieaway, Pura Muerte y The Socks. PEYOTE FEST. Sala Barracudas, Madrid, 13 de Septiembre

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Está claro que todas las botas de los que el pasado fin de semana nos concentramos en la sala Barracudas de Madrid para disfrutar del denominado PEYOTE FEST están hechas mismamente para caminar y además mayormente por el desierto. Y el movimiento se demuestra andando, así que anduvimos mucho y bien bajo unos focos de justicia e incluso hasta bailamos "en trance con el rock underground" como bien reza el lema de los liantes organizantes. Pero para botas de tacón cubano las que se calzaron los gabachos THE SOCKS (obviamente con sus calcetines) pues el resto, aunque mental y metafóricamente nos las pusimos, todavía no nos hacemos a la idea de quitarnos las chanclas por mucho que se empeñen en vaticinar en los grandes almacenes que el Otoño ya está aquí.

La noche comenzó con mis idolatrados DIEAWAY que cada vez se muestran mas cómodos en esta su nueva formación. El guitarreo alegre del Montijano, además de provocar las reacciones de un baterista menos playmobil que nunca, dio la tranquilidad suficiente a un Diea para mostrar (todavía tímidamente, la verdad) su faceta de frontman que hasta se olvida de la guitarra en los estribillos y lanza sus brazos al vuelo cual mesías predicando en el desierto. Es más, es que ¡¡¡hasta me dedicó una canción¡¡¡ ese bendito Eroded. También es verdad que no se merecía menos mi gesta, cual Willy Fogg, de venir directamente al concierto desde Lituania para celebrar mi cumpleaños. Y siempre con amor.

And we don't own our minds
'cause we know everything
and we leave it behind.
We're gonna be alright
and we'll give half the prize
and leave it inside.
We are curls rolling on
rough stones.


Pero para curl rolling on rough stones el bajista Raul que no paró ni cinco minuticos. Tatequietoparaohombreya.


Siguieron PURA MUERTE que cada vez me molan más. El binomio Yaiza-Juanma echa chispas por doquier. Timbal y Presencia. Zurriagazo y Desgarro. Tanto me gustó la versión del These boots are made for walking que la he hecho digna de dar título a esta mi nueva rubicrónica.  Pero su mejor temazo es sin duda el que suelen dejar para el final, She's electric que define tal cual a esa Yaiza que fue la más mejor del evento (y eso que no se tiró por el suelo). Destacar también que estrenaron, si no me enteré mal, su entre pañales Flesh¡ Lies¡ lo cual quiere decir que todavía no lo han dado todo y que queda mucho y bueno por venir.

Como cabecera del cartel se nos presentaron los gabachos THE SOCKS que poco tenían de stoner y mucho de Led Zeppelin y Black Sabbath. Que no quiero decir que esto sea el mal. Muy al contrario, que les honra. Que os lo tengo que explicar todo, cojonas. Su rollo Doors a lo Wolfmother (con sus momentos organico incluidos) me sorprendió. Pero además del sudor que le chorreaba al cantante por una guitarra ya bastante puerca de por sí, el protagonista fue ese bombo del infierno que quería volar como alfombra de las mil y una noches bajo el cielo de un estrellado y tórrido Madrid. Por eso su road manager o un muy buen amigo de la banda (digo yo, que si no de qué  iba a aguantar semejante prueba de amor) estuvo oyendo el concierto con el bombo pegado a su oreja a la vez que sujetaba esa batería a la fuga. Eso es amistad, mon ami. Sería por eso que no se atrevieron a acompañarnos a todos los que, tras el concierto, el gambitero de Merio nos lió para dirigirnos al Inferno, tugurio donde los haya. Ellos se lo perdieron. Vaya mierrrrrrrrrrrda de rockstars que están hechos que ni se toman una cervecica con la chusma en su gira española. Quizá se les haya subido a la azotea su paso por el Azkena Rock Festival de este año.

Y por esos los muy sosainas se perdieron apasionantes revelaciones sobre cómo los cantantes limpian sus amadísimos micrófonos con Oraldine. O lo absolutamente increíbles que son las fotos de Juan Morillas que consiguen ser diferentes en un mundo dominado por Mr. Instagram. O que en unas semanas ya tendremos la distribución física para España y Europa a un precio güeno-güeno del CD de Dieaway ...( y que le jodan a la SGAE pues no pillará ni un sólo € suyo, aunque hasta entonces lo podéis conseguir en MAPLE SKATEBOARD SHOP). O que hay mucha gente inquieta por la noche haciendo cosas interesantes como Mr. Wilfred "Rock & Magma" o Videowebservices.

Noche de charlas a corazón abierto, de nostalgia por un verano que ya acaba, pero llena de proyectos y con muchas ganas de coger por los cuernos y cabalgar a todo trapo a lomos de ese toro indomable que es el crudo invierno. Pues todo eso y más se lo perdieron aquí mis amigos estirados del país vecino.

Eso sí, una única cosa tengo que reprocharle a Merio, organizante del PEYOTE FEST, y es la publicidad engañosa con la que me engatusó para asistir a este evento: no hubo azofaifos descamisados ofreciendo ese licor de ciervo frejkito tan de moda entre la juventud a la que le gusta el alpiste fino.Solo hubo chicas, as usual. Maaaaaaaaaaaaal.




¿Y ENCIMA AHORA RUBIA? CÓMO TE ODIO ANNIE CLARK. Concierto de DAVID BYRNE & ST. VINCENT. Teatro Circo Price. Madrid, 5 de septiembre

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Me cuesta y mucho ponerme ni siquiera a pensar en describir lo que ayer se me pasó por esta mi rubiak cabecica y lo que sintió mi cuerpo serrano en un concierto sin parangón. Ya deberíais saber a estas alturas de la película que yo tengo cuatro dioses musicales, todos ellos llamados David, todos ellos intocables y que me privan de todo raciocinio (del mínimo del que dispongo) por este riguroso orden:

1. David Bowie
2. David Byrne
3. David Grohl
4. David Puigdueta

Pues ayer el segundo de ellos visitaba nuevamente Madrid, esta vez acompañado por Annie Clark, más conocida como St. Vincent y era obligado verle aunque sea, de los extranjeros, mi David que más se ha prodigado por aquí y por tanto el único que he podido disfrutar cienes de veces. Creí que iba a ser un mero trámite: viene el Byrne, le vemos y nos vamos a casa pero ¡ah amigo¡ ojiplática, cariacontecida, pizcueta, llorona y atontoliná me tuvieron ambos dos desde los primeros bramidos de ese saxo enorme del Who? con el que empezaron la noche. Porque habéis de saber que  St. Vincent no es la mera coletilla de la nueva iniciativa de este gambitero bicicletero universal a la sazón cabeza parlante visible del grupo más moderno y sin embargo bailongo que ha habido nunca jamás. Simplemente son otra dimensión de sus propios seres individuales. Como bien la he oido decir, la melancolía intrínseca de Annie combina y potencia a la perfección la alegría que exuda David en sus tonadas, a veces hasta pachangueras, casi todas dignas de cualquier funeral de New Orleans. Es ese no room for emptiness que cantan en su Optimist.

Desde que la viera de refilón en el Día de la Música del año pasado me venía intrigando que podía haber visto mi David en esa jovenzuela morena y flacucha. ¿Qué cojonas hace con ella una persona tan polifacética y talentosa que derrocha sabiduría en todos y cada uno de los mil proyectos en los que se le ocurre meterse? ¿Qué tiene de especial? ¿Qué puede llamar tanto su atención como para grabar un disco y estar girando con ella por todo el planeta? Pues ayer Doña Annie Clark me cerró la boca, dejóme con el culototorcío y me cegó con esa luz interior tan potente y brillante que posee. Qué mujer gran persona mejor música. Y encima ahora va de rubia. Será copiota...Tanto es así que a partir de ahora, casi como en el chiste, se va a ir una preguntando ¿y ese canoso interesantón que acompaña últimamente a St. Vincent, quién cojonas es?. Sí ya sé, soy hiperbólica.

Pero para exagerá esa tuba de dimensiones que se gastaba uno de los ocho vientos que les acompañaban. No me extraña que las entradas para verlos estén tan caras pues supongo que la tuba irá sentada a su lado en todos los aviones en un asiento XXL de esos especiales. Y efectivamenteysí, como mi querida amiga Luchilove, me paro a reflexionar aquí sobre ese momento en la vida de un mangurrián en el que le dice a su madre: "máma yo quiero tocar la tuba, cómprame una, pero de las grandes, de esas en las que te tienes que meter dentro" y su madre horrorizada le intenta quitar tan peregrina idea preguntándole si no preferiría una flauta como cualquier niño de primaria. Benditas madres que acaban sucumbiendo a las desbarradas de sus churumbeles.

Lloré con las cuatro canciones de Talking Heads que nos regalaron. Especialmente no pude sofocar mis hipidos con la primera que sonó, This must be the place, una de las más bellas que se escribieron en los 80 y que está dentro de un disco redondo que me sé de memoria. 

I'm just an animal looking for a home
And share the same space for a minute or two
And you love me till my heart stops
Love me till I'm dead


Comparto con Annie en que descubrió a nuestro ya repartido David con el Burning down the house . Sin embargo ella la escuchó de fondo en la Revancha de los Novatos y le llamó la atención. Qué ordinaria y chabacana. Yo, perdona dear Annie, pero mi recuerdo tiene más glamour: de farra por Málaga con la moderna banda juvenil Danza Invisible, recuerdo perfectamente que saltamos todos sus componentes y acompañantes como posesos y al unísono a la pista de la disco con sus primeros redobles Watch out¡¡¡. Supera eso si puedes, bonita. Pero para recuerdo estremecedor el flash back que me vino a la mente de otro concierto de esos de estar sentadicos que nos ofreció aquí mi amigo en el Palacio de Congresos de Madrid y en el que mi añorado Alfon y yo no pudimos refrenarnos y nos levantamos de los tiesos butacones y nos pusimos a bailar como locos con los primeros acordes del viejuno I zimbra.


Pero para recinto de conciertos de estarse sentadicos, ¡¡¡el Circo Price¡¡¡¡¡. No había estado todavía y me pareció una autentica delicia. Eso sí, caro como el solo, tambiéntelodigo. Aunque supongo que, en este caso, tendrá la culpa la tuba. Pues el otro día al descubrir en una peli de estreno de esas de jolivud que un chavalín de los protagonistas llevaba una camiseta de Fugazi recordé la sabia filosofía de esta banda: 5 dólares los conciertos; 10 dólares los discos. Y atxc. Aplicaros el cuento si veis que tal que la vida está mu achuchá, cojonas.

¿Os he dicho ya que estoy impactada por el trajín de guitarras que se trae esta muñequita de caja de música con luz propia incorporada que es Annie Clark cuya tapa le encanta abrir y cerrar a un David Byrne pletórico en todo el esplendor de su pelo blanco lavado con ariel? Generosidad intergeneracional. Pues eso.