L'ENFANT SAUVAGE. RESURRECTION FEST. Viveiro. 31 julio a 2 de agosto

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He de confesar que fui al festival de macarrucerío fino por excelencia en Hispanistán, el RESURRECTION FEST, un poco a regañadientes pero solo volver a Galicia tras muchos años sin deambular por aquellos lares sirvió de aliciente suficiente para vencer mis primeros resquemores. Ver a MINOR EMPIRES y RED FANG también ayudó aunque tocaran los dos seguidos, el primer día y mediando 500 metros de carrera entre los dos escenarios. Es lo que tienen los festivales. Cagüentóloquesemenea, empezábamos bien. Y la preciosa voz de Juan Blas y su muy "toolero" Numbers me supieron a muy poco aunque terminaran por todo lo alto con "Drones". Con prisa y sin pausa corrimos al escenario principal a mover más el pelazo al inconfundible "shuffle" de John Sherman que creo es el único miembro de la banda de Portland que no canta. Su ya para mí mítico "Prehistoric dog" nos hiso gosal pero bien, miamol.


Y ya con ver la ría de Viveiro al fondo, ese tiempo tan gallego de ponchaquetaquitachaqueta, mereció muy y mucho el viaje a la tierra donde los diosesdelolimpo se echaron a descansar. Pero es que además, nos encontramos nada más llegar a lo más granado del gambiterío: MR. VIRUS de TNT radio, Merio de PEYOTE PRODUCCIONES, Juanma de PURA MUERTE, o a Gonzo BUZZLOVERS. Y a partir de ahí fue todo un devenir de buenísimos momentos convertidos ya en recuerdos memorables.


Y ahí perdurará en mi memoria la espectacular playa de Sacido donde mis uñas de los pies se sintieron muy agustico con sus amigos los mejillones. La comida inolvidable con vistas a la Playa de Área al lado del bajo y el guitarra de FIVE FINGER DEATH PUNCH que se apretaron unos hakes regados con unos albariños del trece y de postre un flan de tres huevos. Y aunque no los conocíamos, un tío con rastas en la barba y tatuado de arriba abajo solo podía ser uno de los protagonistas del RESU así que no pudimos evitar saludarles aunque estaba tan nerviosa por interrumpir su intimidad que no sé ni que les dije sobre crowd, jump y enjoy the gig. By the way, cómo molan los nombres del macarrucerío. El mejor: "Resurrected to dead". Eso sí que es una putada: resucitar para espicharla. Aunque "Anal Hard"... tampoco está mal. Pero para tendencias, las suicidas: todo Krisgod iba ataviado con el el más fino merchandising de Suicidal Tendencies. Pero la tendencia que más me causó impresión es el uso del KILT (lo que viene siendo la falda escocesa) por la muchachada.



Las salchichas criollas, los chupitos -digo shots-, de licor de ciervo frejkito... qué de recuerdos. Ah¡¡¡, me pareció muy buena idea lo del vaso reciclable: menos basura, más resistente, más ricos los litros a la epileidi.... Pero vamos, para detallazo lo del papel en el baño de chirlis que te daban unas amables señoras cada vez que entrabas y además: ¡¡¡¡ nunca había cola¡¡¡¡. Es lo que tienen estos conciertos llenos de macarruzos donde, todavía sigo sin entender porqué, las féminas escaseamos. Sobre todo encima del escenario. No me puedo creer que no haya ni una sola banda digna de traer al RESU que no cuente con una chica en su formación.... Es para mosquearse, ¿que no?.


También gracias a mi incursión en el reino de los melenudos (aunque ahora se lleva mucho el look repeinado lamido de vaca con raya a un lado) he visto, además de llover en Orión -¿o eran naves ardiendo?-, a MEGADETH, el Ángel expulsado de los cielos metalísticos que ahí sigue, con su melenaza pelirroja, su camisa apretá, su hebilla a lo Tom Jones, sus guitarras triangulares y ese doble bombo tan de moda. La pedorreta le salió bien a Mustaine. Milomás años después, la chavalada sigue con devoción asistiendo a sus conciertos.


Pero para pasiones las que levanta Anselmo y su proyecto DOWN y con las altas cotas de presencia que se gasta en el escenario no me extraña nada la expectación que produce este mangurrián.


Pero los que más me gustaron y que, afortunadamente, la lluvia perdonó fueron los franceses GOJIRA que terminaron de sacar a ese "enfant sauvage" que tenemos dentro y que nos saldría a todos si nos hubiesen dejado de pequeños en un bosque a nuestro libre albedrío y sin ningún tipo de educación. Por eso, tras invocar al muro de la muerte y la garrafal lluvia que luego nos caló, no me extrañó nada ver a la muchachada nadar en los charcos o gritar cual Bravehearts llenos de barro bajo el chaparrón. Y todo nos sentimos un poco salvajes y quisimos abandonar por un momento todos los convencionalismos a los que esta vida en sociedad, nos guste o no, nos lleva sin remedio.


Pero unacosaosvoyadecil, mucho salvajismo es bueno pero los torsos desnudos y peludos deberían estar prohibidos en los conciertos veraniegos. No me gustan que se me restrieguen, cojonas. Y volvamos a los recuerdos buenos que los malos me dan asco. Puagh. Y recuerdo bueno el que me llevo de la recién bien hallada banda alemana THE OCEAN. Resultaron ser ese descubrimiento que todos buscamos entre los grandes renombres de los festivales estivales. Con su crowdsurfing y todo. Y con ellos confirmé que lo que es el growl, lo que vienen siendo los gruñidos atutuiplén, no me gusta. Que haya tralla sí. Pero donde esté una voz melodiosa, que se quiten todos los sonidos guturales, hombreya. Y por eso entendí también eso que se está poniendo ahora tan de moda y que ya viera hacer de forma natural a los alemanes en el Mera Luna festival: ponerse tapones. Aunque yo perdiera uno el primer día y ni me diese cuenta....


Y yo me pregunto... ¿Y ahora con que cara me presento yo en el SONORAMA? Pues esa será mi siguiente aventura que os contaré, queridos amiguitos... ¡¡¡menos prejuicios y más "enfants sauvages", mon dieu¡¡¡¡

EVERYME Y MIS CADAUNADAS. Concierto de PLACEBO. Palacio de los Deportes (El Ring). Madrid, 30 de julio

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Tal y como tan bien berrea Mr. Molko, cadauno es cadauno y tiene sus cadaunadas. Y yo tuve una única durante el concierto que dieron PLACEBO el pasado miércoles en Madrid. Las ganas eran muchas. Quizá excesivas. La primera y única vez que los vi no fui consciente de ello. Fue hace milomás años y nadie les conocía aún. Ni siquiera yo. Venían teloneando a mi amado Duque Blanco que fue el primero que apostó por ellos y el que les dio el marchamo de calidad al llevárselos de gira y dejar que hicieran una bonita versión de "Five years". Y yo todo esto no lo he sabido hasta hace no mucho cuando, contando como el tío gilito mis entradas antiguas, me dije "coñé los Placebo de teloneros del Bowie ¿y yo estuve ahí?" Agüita.  La segunda vez que intenté verles cancelaron el concierto dos días antes. Carbronias. Por tanto, lo más que había visto hasta ahora, al menos conscientemente, había sido su antiguo baterista Hewitt en su solitario intento llamado muy premonitoriamente Love Against Ruin. ¡¡¡¡Pero la de mañanas de sábado resacoso y melancólico que me he puesto sus cansinas baladas para regodearme en mi no pretendida soledad¡¡¡



Total, que esperaba que me lo dieran todo. Peroooooooo, o no soy tan fanchi de PLACEBO, o el Molko tocó lo que le salió del funki o luego, cuando ya me fui despavorida con esa prisa tonta que te entra para no esperar grandes colas a la salida del parking, empezaron un nuevo concierto solo temazos que me perdí. El caso es que me supo a ná y menos. Solo canté dos canciones y brinqué otras dos más cuando mi intención era no parar desde que Brian y su khol dijeran ¡¡¡¡buenas noches Madrid¡¡¡¡ Pero ni eso, pues fue Olsdal, el suecorro guitarrista, en un perfecto español que solo da el amor, el que presentara prácticamente todas las canciones e hizo más de maestro de ceremonias. By the way, que por no cantarse ni se dignaron a ofrecerme ese "corasondesenisero" (y mira que ese parece ser su nombre inicial, Ashtray Heart)...... Y eso que a PLACEBO le pillas una frase y ya te has hecho con toda la canción porque mira que son cansinos como ellos solos en cuanto a un estribillo se refiere. Pero el que acertó fue Gus Iglesias, el reportero más dicharachero de Radio 3 quien, todo clarividencia, vaticinó que se marcarían el "Running up that hill" de Kate Bush que cumplía ese mismo día 56 castañas. Esa, mirapordónde, sí que la interpretaron.


Y ahí se presentaron con una rubia que tocaba la pandereta. Quién fuera ella. Pero claro, también tocó el teclado. Y el violín. Yo  tanto, tampoco. Y con un hombre, medio escondido entre los altavoces, que tan pronto tocaba el bajo, como una guitarra. Pero no sé cómo pude ver a estos miembros en la sombra si estaba rodeada de smartphones en alto dando por culo. ¿De verdad que luego veis en algún momento lo que grabáis?. Yo no, nunca. Y por eso decidí hace tiempo dejar de hacerlo porque, o estás pendiente de lo que grabas y te pierdes el verlo en vivo y en directo (que de eso se trata lo de ir a un concierto ¿no?) O grabas la calva del de delante o los focos o los zapatos de la muchachada. Cada vez entiendo más a las SAVAGES en su cruzada de prohibir que se use el móvil en conciertos: cojonas atended a lo que pasa en el escenario y dejad de contarlo a quien le importa tres cojonas lo que estás haciendo en ese preciso momento. Andá, pero si yo estoy haciendo lo mismo ¿no?. Pero Every me, no es every you, my friend ¿mentiendesloquetequierodecir?

Buena idea la de los gestores del Palacio de Deportes con eso de habilitar solo lo que llaman "El ring" cubriendo con telas negras el resto: no se necesita tanta gente para petarlo y se gana en acústica. Que por cierto, la aprovecharon especialmente bien los teloneros L.A los cuales me dieron una gratísima sorpresa cuando me enteré que acompañarían con su Dualize a los londinenses. Y este temazo SÍ que lo tararerée. Gracias L.A. por permitirme ver cumplidas al menos mis expectativas de dejar sordo a quien esa noche tuvo la mala suerte de ponerse a mi lado. Terminaron por todo lo alto con su "Outsider" que, a lo mejor en EEUU pasaría desapercibido, pero ¡cojonas¡ que son mallorquines y hacen que parezca fácil lo difícil. Mi aplauso de corazón (ya sea de cenicero o no) vaya por tanto para ellos.


A pesar de todo siempre me gustará Molko y cómo juega con la ambigüedad: ahora estoy aquí, ahora no. Saltando a la comba, como solo él sabe, con la delgada linea roja. Pero aquí estoy yo en la terracita de un acantilado sobre la bonita playa de Sacido, en Lugo, escuchando el Stairway to Heaven y apretándome un gintonic negro en un día de esos de verano gallego de ponchaquetaquitachaqueta. Efectivamenteysi, el éxito y la fama para los placebos como el Molko y compañía pero, LA VIDA, PA' MÍ.



I'm unclean, a libertine
And every time you vent your spleen,
I seem to lose the power of speech,
Your slipping slowly from my reach.
You grow me like an evergreen,
You never see the lonely me at all